Raffaella cantaba, bailaba, brillaba. Peleaba, reía, conmovía. Se arriesgaba, cometía errores. Y todos, sin excepción, llegamos a amarla. Es el mayor legado de una artista que, creyendo firmemente en sí misma, nos dio confianza y nos liberó.
Este libro es un viaje por su vida y enseñanzas, abordado también a través de los recuerdos de quienes trabajaron con ella y la admiraron. Con un objetivo ambicioso: tomar algo de su independencia y ligereza, y hacerlas nuestras. Porque la grandeza de Raffaella Carrà iba mucho más allá de su inmenso talento. Ella era la obra de arte, lo que lograba transmitir con su forma de estar en el mundo.