Aldwyn Roberts (1922-2000), más conocido como Lord Kitchener o simplemente Kitch, es, sin duda, una de las figuras más destacadas de la música del siglo xx. Nació en una familia pobre del pequeño pueblo de Arima, en Trinidad y Tobago, y muy pronto destacó por su capacidad deslumbrante para componer canciones. Con el tiempo, Kitch sería descrito como «el gran maestro de la música calipso» y sus canciones sonarían por todo el mundo, cantadas por él mismo o por artistas de renombre como Harry Belafonte. El calipso, más que una música, es una forma de mirar la vida. El universo de los calipsonianos es fascinante y va mucho más allá de los famosos carnavales caribeños: el calipso original fue una herramienta de denuncia social y el ritmo de sus tambores metálicos una forma de resistencia e insumisión colonial. En esta biografía de ficción, el poeta y músico trinitense Anthony Joseph nos ofrece un emocionante retrato de Kitch a través de las voces de aquellos que lo vieron crecer. Son, en su mayoría, las voces de los que nunca tuvieron voz: las sombras que habitaron los bajos fondos de Puerto España, donde el joven Aldwyn Roberts fue transformándose en Lord Kitchener.