A principios de los años 80 floreció en València una subcultura que, en su viaje desde el más puro underground hasta su consolidación como fenómeno de masas, acabaría originando importantes reverberaciones a nivel nacional. Hablamos de eso que a pie de calle se conoció como bacalao.
Cuestiones sociopolíticas de amplia envergadura conformaron un estigma que, durante décadas, condicionaría todo lo relacionado con este movimiento hasta el punto de invisibilizar, en muchos casos, la riqueza y exuberancia de las dinámicas artísticas que generó. Si bien forman parte del imaginario colectivo los aspectos musicales, el apartado gráfico del que se acompañó ha permanecido oculto en buena medida… hasta ahora.
Ruta Gráfica. El diseño del sonido de València recupera todo este universo poniéndolo en contexto y dándole un valor hasta ahora descuidado. Fue la génesis espontánea de una estética particular que, espoleada por el torrente vital que supuso el fin de la dictadura, influyó decididamente sobre varias generaciones. Elisa Ayala, Paco Bascuñán, Quique Company, Sento Llobell, Ramón Marcos, Edu Marín, Pablo Mira, Paco Roca, Armando Silvestre… son solo algunos de los artistas que desfilan por estas páginas, responsables en buena medida de poner imagen a los anhelos de libertad de aquella noche eterna.