Difícil papeleta la de James Murphy de cara a la creación y posterior lanzamiento de “American Dream”. La separación de LCD Soundsystem, los conciertos finales, el documental, la caja de vinilos recogiendo su despedida a modo de testimonio para el futuro, el retorno apenas cinco años después, las nuevas giras, los festivales, el anuncio del nuevo trabajo… El riesgo de meter la pata tras una trilogía de matrícula estaba ahí, obviamente, pero el neoyorquino ha tenido cabeza suficiente para tomar el mejor de los caminos posibles y dotar a su nuevo disco una personalidad capaz de diferenciarlo de sus obras previas, todas ellas de indudable valía en una de las carreras más sólidas de los últimos años.
Hubiera sido una estupidez encabronarse en crear diez nuevos hits, así que Murphy ha optado por dejar fluir su cara más post-punk, echando mano más intencionadamente que nunca de sus máximos referentes, al tiempo que modera su faceta más eufórica y excitada. ¿Y qué narices significa eso? Pues que“American Dream” está salpicado de post-punk, de guitarras que raspan hueso como nunca, de sonidos electrónicos más retro y básicos que en cualquiera de sus pasos previos y de una oscuridad que parece irse evaporando conforme se suceden las escuchas, pero que casi siempre está ahí, densa, provocativa y orgullosa. (…)
Joan S. Luna en Mondosonoro