“Este es, en teoría, el tercer trabajo de Marina Herlop, pero se siente casi
como el primero y no solo por el cambio de sello (que le va como un
guante), sino por un importante cambio de estilo: si en “Nanook” (2016) y
“Babasha” (2018) prevalecían el piano y una visión más canónica de la
música, en “Pripyat” la artista rompe con todo y empieza de cero
introduciendo instrumentos de cuerda, programaciones y optando por el
minimalismo y la abstracción hasta en las voces.
Además de la inclusión de electrónica, llama la atención la incorporación de
instrumentos de cuerda, percusión metálica en canciones como “lyssof” y
“miu” y la reducción de la melodía a la mínima expresión. Marina Herlop se
ha embarcado en un viaje de deconstrucción y en la exploración de nuevas
formas de componer que posiblemente sorprenda a quienes esperen más
de lo mismo: “Pripyat” requiere una escucha mucho más activa que la de
sus trabajos anteriores, pero hacerlo te llevará por paisajes ignotos”.