Si hay algo trágico que abre una brecha entre las obras inmortales que se editaban de manera cotidiana en el mundo hace unas décadas y el superavit de nuestros días de proyectos intrascendentes, destinados al olvido, esa brecha no es la nostalgia. No. Es la falta de cosas que decir. Y a Autoescuela les haría falta un canal de streaming propio para poder poner a nuestra disposición tan solo un 5% de todo lo que tienen que decir.Autoescuela recogen con sus manos lo mejor de la tradición de pop lo-fi de los 90 (Folk Implosion, Beat Happening, el Mellow Gold, Raincoats, Ween, Guided By Voices), lo meten en una coctelera y lo sacuden fuerte fuerte con lo más gordo de pesos pesados como Pixies, Residents o They Might Be Giants. Y, sobre todo, y por encima de todo eso, Autoescuela van a la contra.Tras una cantidad indeterminada de EPs y LPs que posiblemente ni Discogs sería capaz de esclarecer, los asturianos se han alineado con el productor Otro, quien les ha tendido una alfombra roja por la que transitar desde su voluntaria y contumaz incomunicación con el mundo exterior para abrirse a nuevas formas de componer y producir. En el elepé colaboran también From, Adiós Adiós y Pablo Prisma. Un salto adelante que es más bien un mortal hacia atrás: Autoescuela es un grupo en permanente lucha consigo mismo y contra lo que representan, contra su propio pasado y contra las cosas a las que se les asocia.