Me declaro fan absoluto del Shoegaze y de toda la corriente del C-86 desde hace muchos años. Por eso mismo, no las tenía todas conmigo cuando me dieron a conocer a Grushenka. Me daba un poco de miedo lo que pudiera hacer una banda española que apenas pasa de la veintena y que en sus influencias mencionan a The Jesus & Mary Chain (ya me había encontrado con casos parecidos, la gran mayoría de las veces con resultados nefastos, y no estaba muy ilusionado ante las cinco canciones que me iba a encontrar en el EP). Afortunadamente, los prejuicios están para romperlos, y estos cuatro chicos de Barcelona han hecho que un servidor se los coma con patatas. (…)
Fernando Curto en Indienauta