Rehabitando espacios ajenos a través de referentes propios, sin recurrir a la nostalgia, con la música como material conductor; Ruiseñora se instalaron durante el curso 2022/2023 junto al equipo1821 que se renueva cada año para alumbrar qué es eso del ‘serano’, que no es ni ‘sereno’ ni ‘serrano’, sino el espacio de tertulia nocturna que se tiene en los pueblos.Y eso es lo que hicieron durante el curso: imponer un diálogo entre la tradición y los nuevos códigos sonoros, elevando a la vanguardia hacia un estadio inhabitado, casi vaciado, que tanto Ruiseñora como esa suerte de orquesta de voces que se han dado a llamar Al serano: crear un cancionero que viaja por las jotas, las saetas, los pasos, las seguiriyas, los verdiales o la copla desde una mirada experimental, psicodélica, electrónica y sideral; pero en donde también se reflexiona acerca del éxodo urbano, de la gentrificación, de la turistificación de nuestras costumbres.Un álbum surgido al calor de una clase que fue, más bien, un punto de encuentro transgeneracional de más de una decena de personas de diferentes puntos del estado español para construir la tradición desde la costumbre contemporánea de los que habitan grandes urbes como Madrid.