Con una fuerte influencia de su Marruecos natal y de la música oriental contemporánea, pero con una mirada vanguardista que la conecta con diferentes vertientes de la música occidental actual y del nuevo pop, restinga debuta con uno de los materiales discográficos más estimulantes de los últimos meses: “Free Baby”.
Serpenteando con una soltura arrolladora entre la música raï, el chaabi marroquí, el pop de vanguardia y la electrónica más metálica y frontal, la artista nacida en Tetuán alumbra una nueva dimensión para una idea de pop fusión que va mucho más allá de la mezcla de estilos, sino que busca naturalizar herencias sonoras y, también, las evidentes conexiones, muy poco exploradas en territorio español a pesar de las conexiones culturales evidentes entre España y Marruecos.
“Free Baby” suena a manifiesto, y a la vez que hace ojitos a referentes del mundo árabe como Nancy Ajram o Amaarae, también es natural que el imaginario de artistas como M.I.A. u Omar Souleyman, que consiguieron penetrar en el circuito musical occidental, se venga a la cabeza; aunque también hay una idea de producción y de construcción pop que la conecta, también, con el universo de artistas como Ralphie Choo, rusowsky, pablopablo o El Guincho, entre otros.
Pero el sonido de restinga va mucho más allá: cuando las darbukas empiezan a repiquetear en “Free Baby”, la canción que da título al disco, cuando ese aire cinematográfico y de electrónica virulenta y mántrica alumbra “Aisha 9andisha”, o cuando “salina” imagina una suerte de reggaetón magrebí, la artista hispano-marroquí suena a manifiesto sonoro autóctono. Así como cuando rebaja revoluciones para un código pop redondo, como en “Desvelhada”, “Ana W Yak” o “No Sé ??”; o cuando parece habitar un Bollywood imaginario en “3OMRI”.